Ya llegaron hace poco las esperadas rebajas, y como cada año pudimos ver las imágenes de largas colas en las puertas de los grandes almacenes. Todos lo escaparates están llenos de gigantescas pegatinas anunciando grandes descuentos, pero esta vez las rebajas venían acompañadas por la sombra de la crisis, y se hacia difícil prever el éxito de estas. Parece que los propios comerciantes no tenían mucha fe en ellas, ya que han empezado a tumba abierta con descuentos del 50% a la primera de cambio.
De hecho, la sensación que tuve entre el día 1 y el día 6 (para las compras de reyes) es que estaba todo agotado. Supongo que ante las malas expectativas de ventas durante la navidad, y ante la teórica dificultad para limpiar stocks en las rebajas, los comerciantes, han optado por no llenar mucho los almacenes, y creo que muchos han hecho corto. El mismo día 2 de enero, a falta de varios días fuertes de ventas, en una importante cadena de electrónica de consumo que dicen “no ser tontos”, no les quedaban marcos digitales de gamas medias, y no esperaban recibir hasta pasado reyes (no es una buena época para perder ventas en un articulo que podría proclamarse como el regalo de estas navidades). En el rato que estuve preguntando, vi por lo menos 3 o 4 personas interesadas por este producto que también se fueron con las manos vacías. También tenía la intención de comprar un ordenador portátil en otra gran cadena, y a pesar de estar en el panfleto que daban en la puerta, no lo tenían en stock ni en el almacén central.
¿Nos habrán hecho un favor los comerciantes? La verdad es que mi particular cuesta de enero será casi 1.000€ menos dura por no haber conseguido comprar estos dos artículos, que ahora, en rebajas, y sin fecha límite, voy a buscar con bastante mas calma, y supongo a mejor precio.
Me gustaría hacer una reflexión sobre las rebajas. En esta época de consumo desenfrenado (tanto o mas que el periodo navideño), vemos con toda normalidad que los zapatos que vimos por 150€ el día 6 por la tarde, el día 8 por la mañana, valen 75€, y nos quedamos tan anchos. ¿Que pasa?, ¿Han caducado?, ¿Son perores que antes?, ¿Esos argumentos de que si eso eran grandes calidades, de que hay parecidos pero estos lo valen donde han quedado?. ¿Qué les costaron realmente esos zapatos al comerciante?, ¿Qué margen tenia el vendedor el día 6?, ¿Están perdiendo dinero hoy, o me estaban tomando el pelo ayer?
En realidad es fácil enervarse haciéndose estas preguntas, pero en defensa de los comerciantes, os comentaré más o menos como trabajan algunos (no generalicemos) a la hora de fijar precios de determinados artículos, por ejemplo un camiseta.
AVISO: Esto es un ejemplo inventado, quédense con la idea y no con los números.
El comerciante compra 50 camisetas de alguna marca surfera de estas que son carillas, y las compra al fabricante a 20€ cada una. Invierte 1.000€
Primero la pone en el escaparte a 60€ la camiseta, y viene el “pijo” con la tarjeta de su padre y se la compra, y vende pongamos 5 camisetas. Estos “pijos”, pagan 60€ porque saben que casi nadie la llevará mientras sigan valiendo 60€, es decir, tienen la exclusiva durante unas semanas. En estas primeras tiene mucho margen, por ser novedad. Ha vendido por valor 300€, es decir que con la venta del 10% de las camisetas ha recuperado el 33% del coste de comprarlas.
Luego, las baja a 50€ y vende 5 mas, vende por valor 250€ y lleva acumulada una venta de 550€.
Las baja a 40€ y vende 10 mas, al ser un precio mas razonable, la demanda crece. Acumula ya una ventas de 950€ en este articulo, es decir que aun no ha vendido la mitad y ya casi ha recuperado prácticamente la inversión.
Las baja a 25€ y vende 15 mas. Fijaros que al vender la segunda camiseta a 25€, ya ha recuperado la inversión, es decir, todas las ventas que haga de este lote, ya son benefició, aunque venda por debajo del precio unitario de coste. Total ingresos 1535 auros!!
En el ejemplo, del cuadro, vende 10 camisetas mas a precio de coste y hace el remate a 2€ de las ultima 5, para poder entrar en el almacén una caja de otro nuevo modelo a 60€ la camiseta.
Es decir que por rebajas, a pesar de estar vendiendo algunos productos por debajo de su precio de coste, el comerciante no pierde dinero, ya que la rentabilidad global del lote de 50 camisetas ya ha dado su fruto. Así que en realidad, durante las rebajas, el comprador puede comprar por debajo del precio de coste, y el vendedor sigue ganando, y hace sitio para las nuevas temporadas.